Cazos y cazuelas de acero inoxidable

Junto a las ollas y las sartenes, los cazos antiadherentes son otro de los utensilios más esenciales dentro de cualquier cocina. En el mercado podemos encontrar diferentes modelos según el método de cocción que se vaya a usar como es el cazo para inducción.

Este tipo de recipientes se reconocen fácilmente por su forma redonda con un fondo plano y unos lados altos y bastante rectos. Los hay de diferentes tamaños para adaptarse a cualquiera de tus necesidades y tu propósito en la cocina. Son perfectos para preparar recetas calientes, guisos, sopas y ricas salsas.

El cazo con tapa suele ser uno de los modelos más populares. También están disponibles en distintos materiales como el cazo de acero inoxidable o el cazo de aluminio.

¿Para qué se utiliza un cazo pequeño o grande?

Los cazos cumplen una función muy relevante dentro de las tareas gastronómicas del hogar. Su largo mango facilita su sujeción cuando vamos a remover el contenido que hay en el interior, por eso es una herramienta fundamental a la hora de cocinar, preparar ciertas salsas y calentar leche.

A estas particulares ollas se les conocía durante el siglo XVII como “salseras”. Al no ser recipientes muy anchos son ideales para calentar y cocer ciertos alimentos al fuego. El cazo para la leche es un clásico de los hogares de nuestro país.

La diferencia principal con la cazuela es su tamaño y el número de asas.

El cuidado de los cazos pequeños y grandes es muy similar a cualquiera de las herramientas que puedes encontrar en la cocina. Aunque se puede lavar en el lavavajillas, se recomienda limpiar a mano.

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